por María Florinda Loreto Yoris
PRÓLOGO
Desde acá la observo. Siempre la he visto como un ser de otro mundo, de esos que se escapan durante la noche para venirnos a visitar, no para aterrorizarnos sino para darnos luz y ayudarnos a disipar nuestras dudas y temores. La veo ladearse, buscando zafarse de lo que le incomoda. A pesar de que su imagen me seduce, no estamos aquí para lo que yo quisiera. Habría deseado ser yo el hombre a quien espera todas las tardes y ser quien se acueste a su lado para así poder dormir con ella.
El amor me resulta incomprensible y, a pesar de eso, lo siento. Sí, lo siento gracias a ella. Necesito su tacto y escuchar su voz. Quiero oírla decirme que me ama, tanto como la amo yo, y saberme en sus pensamientos durante todo el día. Ella es el destello que ilumina mi realidad llena de desdichas, de lágrimas, de muertes y de cuerpos sin vida. Allí, enmedio de tanta oscuridad, su belleza surge como un bálsamo para mi alma herida. Hace mucho que la vida me partió en pedazos, pero su sola presencia me reconforta y me reaviva.
Yo también he querido creer que en algún lugar puedo hallar la paz que necesito. He llegado a pensar que esa paz solo puede ofrecérmela ella, pero cuando contemplo su belleza algo espantoso se apodera de mí y no pienso sino en poseerla, así sea viva o muerta.
Disfrutaré este momento, dure lo que dure.
Preocuparme por lo que pase después solo alimentaría mi ansiedad. Sé que vendrás, pero eso ahora no me inquieta. Tengo un propósito y debo cumplirlo, a costa de lo que sea. Hasta de la vida misma.
Este audio libro ha sido creado para el autor con su previo consentimiento. Nuestro objetivo es promover a los autores usando diferentes medios literarios, en este caso, el AudioVisual, además de incentivar la lectura por medio de audio libros y a estimular la curiosidad de leer libros.
Hola, Mildred. Muchas gracias por llevar adelante esta iniciativa. Un fuerte abrazo desde Caracas, Venezuela.